Vuelve la procesión pagana de Genarín otro año más a las calles de León, concretamente esta tradición se lleva celebrando desde 1930; llueva, nieve o truene. La procesión del Entierro de Genarín, organizada por la Cofradía de Nuestro Padre Genarín, se celebra cada madrugada del Jueves Santo en las calles del Barrio Húmedo y del resto del casco antiguo de la ciudad. Una procesión muy peculiar, a la que algunos acuden con demasiado orujo y ganas de fiesta. En 2005, se contabilizaron más de 25.000 asistentes.
Genaro Blanco Blanco -apellidos comunes en los huérfanos de León, en honor a la Virgen Blanca- más conocido como Genarín, fue un borracho, aficionado a la buena vida, a las mujeres, a los burdeles y al tute. Fue un hombre muy conocido en los ambientes más bohemios del León de principios del siglo XX. Según el Diario de León, en su edición del 30 de marzo de 1929, Viernes Santo, durante la madrugada anterior, mientras Genarín hacía sus necesidades perentorias en la base del tercer cubo de basura de la muralla de León, a la altura de la calle Las Carreras, fue atropellado por el primer camión de basura de la ciudad, La Bonifacia, llamada así en honor a un concejal -esta vez- bueno, que luchó por León y su historia.
Tras su muerte, un grupo de cuatro personas -los llamados Evangelistas-
decidieron que esa figura tan singular no podía perderse en el
olvido. Los nombres de estas personas forman ya parte de la historia:
Nicolás Pérez "Porreto" -árbitro de fútbol- Eulogio "el gafas" -taxista
de profesión, coplero de devoción- Luis Rico -hombre de buena familia
que dilapidó su fortuna en juergas con sus amigos- y Francisco Pérez Herrero -poeta-. En la noche de Jueves Santo de 1930 estos hombres se reunieron en la Plaza del Grano donde recorrieron las calles que el bueno de Genarín solía transitar, visitando las tascas y burdeles que éste frecuentaba. Desde entonces se sigue celebrando.
Además, a Genarín se le atribuyen cuatro milagros: La redención de la prostituta que lo encontró muerto -la cual abandonó su profesión y se fue a su Lugo natal- un gol decisivo que metió la Cultural Leonesa, un enfermo de riñón que se curó y el ladrón de ofrendas que sufrió el castigo de Genarín. De esta historia, y posterior procesión, se ha escrito un libro y se ha hecho una película. A todos aquellos que tengan curiosidad, que acudan a León, Genarín no les defraudará.