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viernes, 22 de marzo de 2013

DURACIÓN PUBLICITARIA


¿Cuántas veces nos hemos quejado de la duración de los anuncios de televisión? Como espectador me molestan mucho, es lógico y normal. Sin embargo, todos queremos consumir un buen programa, una buena información o una buena serie y eso alguien tiene que pagarlo. Como periodista estoy completamente a favor de la publicidad y de su larga duración, cuanto más dinero ingresen los medios más facilidades de empleo tenemos o no, pero al menos podremos ver algo de calidad. Poca, pero algo es algo, peor lo tienen en Italia. El tándem publicidad y medios de comunicación es tan importante como el de políticos y periodistas.
 
Sin embargo, la larga duración publicitaria sólo favorece a los medios. Los espectadores, obviamente están en contra pero, lo que resulta más sorprendente, es que los propios anunciantes también lo estén. En la Ley Audiovisual el límite de proyección de anuncios es de 20 minutos por cada hora de emisión, contando la autopromoción. De esta forma, la mitad del tiempo que vemos la televisión estamos consumiendo publicidad.

Según El Mundo (2-09-2009), la Asociación Española de Anunciantes (AEA) pedía que el Consejo de Estado, en el anteproyecto de la Ley Audiovisual, limitara el tiempo permitido de publicidad en televisión. Esto se debe a que el exceso de anuncios pierde la efectividad de los mismos. Ya que, según este periódico, en 1991, de cada 100 spots emitidos no se veía el 2,5%, mientras que en 2007 la cifra se había aumentado en torno al 60%, es decir, de cada 100 anuncios sólo se veía uno.

Las empresas anunciantes afirmaban que “la saturación publicitaria con bloques de larga duración impide el normal disfrute de cualquier programa, estos se alargan innecesariamente y, en algunos casos, se llega a extremos en los que para ver los últimos minutos de una película o serie el espectador tiene que soportar bloques de 20 minutos. Esta situación tiene como consecuencia un rechazo al medio, y un rechazo al anunciante que financia dicho medio”.

Por tanto, los consumidores y anunciantes han conseguido que el medio se vaya a paseo, gracias al excesivo abuso publicitario. Cuando hay anuncios los espectadores no prestamos atención, y en muchas ocasiones aprovechamos para hacer otras cosas. Pero es totalmente normal, lo que no es normal es el sistema que aplican los medios. Siempre es bueno saber que algo en su justa medida es beneficios pero que si sobrepasa, puedes perder todo aquello que pretendías conseguir.