Un
documental inédito de Alfred Hitchcock sobre los campos de concentración nazis,
ha sido rescatado tras años de postergación y será proyectado al final de este
año tras su respectiva restauración por parte del Imperial War Museum, según ha informado el diario matutino The Independent.
El
legendario cineasta británico rodó dicho documental en 1945 tras la victoria de
los aliados en la Segunda Guerra Mundial gracias a su amigo Sidney Bernstein,
quien le suplicó ayuda para denunciar a través de un filme todas las
atrocidades cometidas por los alemanes en el periodo bélico (1939-1945).
Según
The Independent, el contenido del
documental cuyas imágenes fueron filmadas por operadores de cámara de la Unidad
de Cine del Ejército Británico, mientras las tropas aliadas liberaban a los
judíos que por suerte seguían vivos tras la masacre, traumatizaron al mismísimo
‘maestro del suspense’ y por ello permaneció alejado de los estudios Pinewood
durante más de una semana.
Así
pues, un comisario del Departamento de Investigación del Imperial War Museum, Toby Haggith, afirmó que “el documental quedó
suprimido por la cambiante situación política, particularmente para los
británicos”.
Además,
el comisario explicó para The Independent
que “cuando descubrieron los campos de concentración, estadounidenses y británicos
tuvieron prisa por divulgar una grabación que mostrara los campos e hiciera que
los alemanes aceptaran su responsabilidad por las atrocidades que había en
ellos”.
Al
horror causado en el propio Hitchcock hay que sumarle el deseo aliado de no irritar
a una Alemania hundida en la miseria, derrotada sin precedentes por segunda vez
y por ser los responsables del Holocausto, para explicar la postergación de
cinco de seis rollos de película grabados que por diferentes motivos acabaron
en los archivos del propio museo.
En
la década de 1980, los rollos fueron descubiertos por un investigador
norteamericano y, por ello, una versión incompleta de la cinta fue proyectada
en el famoso Festival de Berlín de 1984 para que fuera editada y publicada, un
año después, en Estados Unidos bajo el título Memoria de los campos, con una pésima calidad y sin incluir el
último rollo cinematográfico.
Por
tanto, a finales de este año todo el mundo podrá disfrutar del filme restaurado
y completo en el museo londinense, gracias a la tecnología digital, tal y como
Bernstein, sus colaboradores y el propio Hitchcock pretendían en su momento. La
decisión final de resucitar de un modo u otro el documental probablemente
generará un debate, ya que las imágenes incluidas son verdaderamente
sobrecogedoras y, en el caso de Belsen-Berger, muy impactantes y macabras.
Por
último, el comisario del museo también aclaró que “el documental no sólo trata
de la muerte, sino que muestra también imágenes de reconstrucción y
reconciliación” y además elogió a los cámaras por su “brillantez” y
“originalidad”.