El
arzobispo de Valladolid ha cuestionado que Soraya Sáenz de Santamaría, por “su
situación matrimonial”, no debería ser la pregonera de la Semana Santa
pucelana. La vicepresidenta está recientemente casada por lo civil, lo que ha
provocado el primer roce de la Iglesia con el nuevo Gobierno. A pesar del
descontento del arzobispo Ricardo Blázquez, el día 23 de marzo asistirá ya que
se trata de “un género literario, más que de una homilía o un sermón”.
La
exministra de Defensa, Carmen Chacón ha criticado el ataque del arzobispo públicamente
a través de la herramienta Twitter. “Ni comparto ni comprendo el ataque del
arzobispo hacia la vicepresidenta” ha manifestado. Por otra parte, el polémico
alcalde de Valladolid, Javier León (PP), le ha quitado peso al declarar que “lo
que cuestiona el arzobispo es que no se le informe con anterioridad del
nombramiento de la pregonera”.
Por
una parte, en la provincia de Valladolid, desde hace 15 años según El País, la designación de la persona
encargada de realizar el pregón de la Semana Santa corresponde exclusivamente al
Ayuntamiento. Por otra parte, el Arzobispado ha declarado que los periodistas
han malinterpretado la información de Blázquez, que las declaraciones eran un
off the récord y que no cuestionan la “idoneidad” de Santamaría como pregonera.
La
agencia Efe ha demostrado que antes
de publicar la información se había pedido permiso y que el arzobispo cuestionó
a la vicepresidenta pucelana de estar casada por lo civil, por lo que no existe
un fallo periodístico. En mi opinión, el Arzobispado ha intentado corregir las
declaraciones de Blázquez ya que no les conviene mantener roces con el Gobierno
actual dada la ideología de ambos. El problema es que, una vez más, la culpa ha
ido dirigida a los periodistas.
El
Arzobispado se defiende afirmando que es una cuestión en la que forma parte ya que el pregón se realizará en la Catedral y
delante del arzobispo, pero creo que no es justificable que intervengan en
estos asuntos, cuando es un tema en el que tan sólo el Ayuntamiento de
Valladolid tiene potestad. La Iglesia debería apartarse de generar conflictos
absurdos y dedicarse a realizar sus funciones, ya que el periodista debe
informar de cualquier asunto, genere conflicto o no lo genere.