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miércoles, 26 de marzo de 2014

EL ADIÓS A ADOLFO SUÁREZ



El primer presidente de la Transición española, Adolfo Suárez, ha muerto en Madrid a sus 81 años de edad tras once años en los que el Alzheimer le fue consumiendo la vida. La noticia no ha pillado a los españoles por sorpresa ya que, antes del fallecimiento, su hijo comunicó a los medios que ‘el desenlace era inminente y no superaría las 48 horas’. Asimismo, fue Fermín Urbiola, portavoz de la familia, quien anunció finalmente la muerte del expresidente del Gobierno.

Suárez consiguió, a través de una política que ya nadie practica en España, tender un puente sobre las aguas sucias y turbulentas de dos fracciones ideológicas que durante 40 años habían sido irreconciliables. S.M. el Rey, Juan Carlos I, destacó que ‘el ejemplo que nos deja (Suárez) es que juntos somos capaces de superar las dificultades’ ya que éste logró el paso de una dictadura a una democracia pluralista. Por tanto, fue el artífice del cambio y el maestro del diálogo y del consenso. Sin lugar a dudas, el mito de la Transición Española a la democracia.

Adolfo Suárez González nació en Cebreros (Ávila) el 25 de septiembre de 1932 en el seno de una familia acomodada y algo desestructurada. Su madre era hija de pequeños empresarios y su padre procurador de tribunales, amén de jugador y mujeriego. Cuando era pequeño se trasladó a Ávila aunque más tarde estudiaría Derecho en Salamanca. Debido a problemas familiares se trasladó a Madrid y se doctoró en la Universidad Complutense a pesar de no ser un gran estudiante. En el año 1969 fue designado como director de Radio Televisión Española, donde anteriormente ya había desempeñado cargos. En 1975, tras la muerte del dictador Francisco Franco, entró en el primer gabinete de Arias Navarro y, por sugerencia de Torcuato Fernández Miranda, fue nombrado Ministro Secretario General del Movimiento.

Antes de ser elegido ante las Cortes Españolas citó los versos de Antonio Machado, muerto en el exilio: Está el hoy abierto al mañana/mañana al infinito/Hombres de España/ni el pasado ha muerto/ni está el mañana ni el ayer escrito. Suárez supo apreciar el valor de la democracia y por ello, a pesar de su pasado falangista y de ser un perfecto desconocido para el pueblo español, consiguió, por encargo de Juan Carlos I, reunir a falangistas ‘conversos’ como él con el resto de ideólogos (socialdemócratas, liberales, comunistas y democristianos) para desmontar las estructuras franquistas.

El 15 de junio de 1977, por primera vez en España desde 1936, se celebraron elecciones generales libres. Adolfo Suárez fue el gran vencedor de las mismas y se aglutinó bajo las siglas UCD (Unión de Centro Democrático). Al año siguiente se aprobó la actual Constitución española y en 1979, Suárez volvió a ganar las elecciones generales. Sin embargo, esta etapa estuvo plagada de dificultades políticas, sociales y económicas. Así pues, en 1980, el PSOE (Partido Socialista Obrero Español) presentó una moción de censura que derrotó aún más la imagen de un Suárez abandonado por los propios miembros de su partido político.

Finalmente, el 29 de enero de 1981, casi un mes antes del golpe de estado de Antonio Tejero, optó por presentar su dimisión tanto como de presidente del Gobierno como de UCD. Suárez afirmó: ‘yo no quiero que el sistema democrático de convivencia sea, una vez más, un paréntesis en la Historia de España’. En 1981, S. M. el Rey le concedió el título de duque de Suárez en virtud a su papel en el proceso de democratización. Un año más tarde creó CDS (Centro Democrático y Social) con el que se presentó a las elecciones generales del 28 de octubre de 1982. Finalmente fue elegido como diputado por Madrid.

En el año 1996, Suárez obtuvo el Premio Príncipe de Asturias de la Concordia por su extraordinaria labor en la Transición Española a la democracia. Años más tarde, en 2005, su hijo Adolfo hizo público en un programa de Radio Televisión Española que el expresidente padecía la enfermedad del Alzheimer desde hacía dos años, con lo que ni recordaba haber sido presidente del Gobierno. Los últimos once años de Adolfo Suárez representaron el normal reflejo de una de las peores enfermedades que puede haber.


La última aparición pública de Suárez se recoge en esta fotografía. Fue el último encuentro con el Rey en vida. Esta imagen es muy significativa. El abrazo de Juan Carlos I, es el abrazo de todos los españoles en la marcha a la eternidad del primer presidente democrático tras la dictadura franquista que tanto daño y atrasos generó en España. La historia de esta instantánea es bien conocida, la hizo su hijo Adolfo Suárez Illana, que no quiso sacarle de frente. El Alzheimer ya le había robado la memoria y ya no sabía que el Rey acababa de imponerle el Collar de la Insigne Orden del Toisón de Oro, la máxima condecoración que puede otorgar la Corona.

Así pues, España está de estricto luto por la pérdida de un político al que quizá en su momento le faltó apoyo pero al que hoy en día se considera como pieza clave del proceso democrático de este país. Todos los medios de comunicación se han volcado, no hay espacios suficientes para hablar de otras cosas. Todos los españoles, en su último paseo por Madrid, salieron a la calle para homenajearlo. Las lágrimas de la gente por la pérdida de Adolfo Suárez, reflejan las lágrimas de alegría cuando este hombre incorporó a toda la nación en la libertad.

“Pertenezco por convicción y talante a una mayoría de ciudadanos que desean hablar un lenguaje moderado, de concordia y conciliación. Agradeceré que busquen siempre las cosas que les unen y dialoguen con serenidad y espíritu de justicia sobre aquéllas que les separan”.

jueves, 13 de marzo de 2014

20 AÑOS SIN COBAIN




El próximo 8 de abril se cumplirán 20 años del hallazgo del cuerpo sin vida de Kurt Cobain. Cuando hallaron el cadáver del maestro del grunge también encontraron una nota de despedida dirigida a su mujer, Courtney Love, y a su hija de por entonces año y medio, Frances Bean. Ésta terminaba con un verso del tema de Neil Young ‘Hey Hey, My My (Into the Black). El músico norteamericano se ciñó al mensaje de esta canción hasta terminar con su corta vida y, por ende, con sus gloriosos cinco años de carrera musical.

En estos productivos cinco años, Cobain convirtió a Nirvana en el último grupo musical de impacto sociocultural a nivel internacional y, a pesar de su muerte en 1994, Kurt sigue estando presente en los corazones de millones de fans de todo el mundo.

“Lo tengo todo, todo. Y estoy agradecido, pero desde los siete años odio a todos los humanos en general... Sólo porque a la gente le resulta fácil relacionarse y tener empatía. Sólo porque amo y compadezco demasiado a la gente. Gracias a todos desde lo más profundo de mi estómago nauseabundo y ardiente por vuestras cartas y vuestro interés durante los últimos años. Soy una criatura voluble y errática. Se me ha acabado la pasión y, os recuerdo, es mejor arder que apagarse lentamente”.

Estas palabras definen a un hombre que vivió mucho en poco tiempo. Probablemente en su cabeza no residía un concepto de la vida que por extensión global se considera normal. Quizá por ello se convirtió en mito. Quizá por ello, 20 años después de su fallecimiento, su música e influencia sigue estando vigente. Las generaciones viven de sucesos y personas relevantes que con su inspiración marcan a una sociedad. La muerte de la estrella del grunge es uno de los momentos con los que finaliza una etapa de la historia, como el asesinato de John Lennon o el de JFK.

La repercusión de su suicidio fue tal que muchas personas fueron y son escépticas a este suceso. Por ejemplo, el detective Tom Grant hablaba de asesinato. Existen muchas teorías conspiratorias que ni mucho menos se pueden descartar. La más sonada sin duda es la relacionada con su mujer, a la que numerosas fuentes achacan la culpa de su muerte. Pero, hasta la fecha, según las fuentes Kurt se suicidó con una escopeta.

Sea como fuere, los últimos meses de la vida de Cobain estuvieron marcados por dos sentimientos: soledad y evasión. Las drogas hicieron el resto. ¿Por qué todos los grandes músicos acaban metidos hasta el cuello de estupefacientes? El caso es que un día como hoy de 1994, el cerebro de Kurt estaría volando en un mundo ajeno sin recuperar la escandalosa sobredosis que sufrió en Roma el 4 de marzo. El rohypnol y el alcohol fueron sus últimos compañeros de viaje. Courtney siempre explicó que la sobredosis de Roma fue un intento de suicidio más, de hecho, el comportamiento del cantante de sus últimos meses estaba centrado en quitarse la vida y eso es lo que su mujer siempre declaró.

El último concierto de Nirvana, el 1 de marzo de 1994 en Múnich, es recordado no solamente por ser el último sino porque se acabó mucho antes de lo previsto a causa del agotamiento mental y físico de su líder. En los conciertos de Madrid y Barcelona del 8 y 9 de febrero respectivamente ya se contagiaba entre los presentes una nostalgia de pensamientos confusos en torno a una cuestión: ¿cuánto le quedará de vida?

En la película ‘Last Days’ (2005), el cineasta estadounidense Gus Van Sant intentó plasmar los últimos días de la estrella, si lo consiguió depende de cada crítico. Lo que está claro y, a pesar de que el protagonista se llamara Blake y que las canciones que tocaba no eran las del grupo, se recreó perfectamente el ambiente que rodeó a Cobain, esto es, un completo aislamiento en una mansión visitada tan sólo por el niñero de su hija, ‘Cali’ DeWitt y Rene Navarette con quien compartía viajes tóxicos de heroína.

Heroína, sí, entre otras muchas sustancias nocivas, sirve hoy en día para comprender el porqué de Nirvana y, generalizando, lo que es el grunge. El propio Kurt comentó en varias ocasiones que consumía todos los días y que había comenzado su coqueteo con las drogas cuando se veía indispuesto del estómago. La escabrosa infancia que el músico sufrió, con el divorcio de sus padres y la vida inusual de éstos cuando apenas tenía siete años inició claramente su particular camino hacia la perdición. Su pensamiento estaba enfocado al aislamiento del mundo y de la gente en general y así, algún día de principios de abril escribió su nota de despedida. Antes de su firma escribió: “PAZ, AMOR Y EMPATÍA” y a continuación se despidió de su mujer y de su hija: “Frances y Courtney, estaré en vuestro altar. Por favor, Courtney, sigue adelante. Por Frances, por su vida, que será mucho más feliz sin mí. ¡Os quiero! ¡Os quiero!”.

Cuando terminó de escribir estas palabras, agarró una escopeta y se disparó.Tras el suceso, las noticias variaban de un día a otro y no se hablaba de otra cosa. Los homenajes se hicieron multitudinarios y es por ello por lo que hoy, con artículos como este, se sigue homenajeando al gran Kurt Cobain.