El
documental ¡Mezquita NO! muestra un conflicto tanto social, cultural, religioso
como económico en Santa Coloma de Gramenet (Barcelona) entre los meses de
octubre y noviembre de 2004. Intervienen en el conflicto: la comunidad
musulmana, los vecinos y el Ayuntamiento. Cada sector, como es normal, defiende
sus propios intereses, los cuales analizo a continuación.
En
primer lugar, hay que sostener que es un conflicto social, ya que desde tiempos
remotos, la convivencia entre “moros y cristianos” ha sido inexistente;
conflicto cultural, porque ni los musulmanes conocen bien nuestra cultura, ni
nosotros conocemos bien la suya, ya que tenemos una visión muy negativa de los
que es esta religión, por culpa, seguramente, de los medios de comunicación.
También
hay que destacar que es un conflicto religioso porque todo viene determinado por
la creación de una mezquita para que la comunidad musulmana practique sus rezos.
Conflicto económico ya que, el precio de las viviendas del barrio catalán se ha
devaluado, ya que normalmente, por los motivos que sean, la gente no quiere
convivir con musulmanes.
Por
otro lado, respecto a cada sector, hay que decir, que cada uno defiende sus
propios intereses y que todos tienen su razón y su error, como suele ocurrir en
un conflicto discusivo. El Ayuntamiento, parafrasea sus ideales que son siempre
positivos para ambas partes pero no actúa y no hace nada por solucionar el
conflicto, una vez más, los políticos prometen pero no cumplen.
La
comunidad musulmana se queja de que no pueden rezar, ya que en sus países no,
pero en España existe el derecho constitucional de la libertad de culto, y que
poseen los mismo derechos y obligaciones que cualquier persona. La comunidad de
vecinos no acepta la integración de los musulmanes ni el multiculturalismo,
además de proteger el valor de sus viviendas.
Una
vez más el principal problema de este conflicto es la poca tolerancia que tanto
los vecinos como los musulmanes demuestran entre ellos y el factor político,
que tan sólo se ocupa de sus intereses. Hay un tema muy interesante sobre el
voto que tanto la política como el musulmán defiende. El voto municipal de la
comunidad inmigrante, con este voto habría menos problemas.
Además,
destacar la amenaza que supone cualquier persona musulmán tras el horror
provocado durante todos estos años por los fundamentalistas. Obviamente, los
musulmanes no son terroristas pero cuando se trata de convivir con ellos, la
mayoría de las personas se sienten incómodas y desprotegidas. Una muestra más
de que la integración aún no existe en nuestro país.